El reto de la oxidación

Tradicionalmente, los vinos envejecían durante largos periodos de tiempo antes de ser abiertos y disfrutados. Hoy en día, los vinicultores no pueden permitirse ese lujo de tiempo, ya que la oferta y la demanda se han puesto a prueba. Esto ha dado lugar a la creación de vinos más suaves y vulnerables a la amenaza de la oxidación.

La oxidación es la mayor espina clavada en el costado de la industria vitivinícola, causando quebraderos de cabeza a los vinicultores la mayoría de las veces. Tras una temporada de intenso trabajo, los efectos de la oxidación pueden ser bastante desalentadores. Aunque el SO2 es un antioxidante beneficioso, sus inconvenientes son bien conocidos por los profesionales del sector.

La introducción de soluciones sin azufre

¿Y si hubiera una forma de reducir su dependencia del SO2 y, al mismo tiempo, proteger el fruto de su trabajo contra la oxidación? Hoy en día, muchos vinicultores han comenzado a alejarse del azufre y a adoptar enfoques más naturales para la protección de sus vinos. Se ha popularizado el uso de taninos enológicos que permiten a los vinicultores modificar los efectos antioxidantes de sus vinos. Como antioxidante natural sin alérgenos, Wine Shield reduce la dependencia del SO2 para la protección adicional de los vinos.

Los efectos de Wine Shield

Wine Shield utiliza prácticas ecológicas para abordar los problemas de oxidación y conservación sin comprometer la calidad del vino. Con su alto contenido fenólico, Wine Shield actúa como un potente antioxidante que preserva el color y el sabor del vino, al tiempo que mejora su estabilidad.

A medida que el mundo se acerca a opciones de conservación más naturales, Wine Shield puede ser una carta en su mesa para ayudar en esta transición.